Comité Privado de Asistencia a la Niñez (PAN)
(Medellín 1970)
Por: Jairo Andrés Campuzano Hoyos
Comité Privado De Asistencia A La Niñez (PAN)
El primero de octubre de 1987, en elegante ceremonia celebrada en el Salón Dorado del Club Unión, el premio “Germán Saldarriaga del Valle” fue entregado por primera vez en 18 años a una institución. Hasta entonces importantes educadores, científicos, artistas y filántropos nacionales y extranjeros se habían hecho merecedores a tan alta distinción. Aquel día el turno llegó a una organización sin ánimo de lucro, consagrada a proteger, formar y educar a los niños y jóvenes abandonados, o en riesgo de estarlo, de la ciudad de Medellín. Se trataba del Comité Privado de Asistencia a la Niñez (PAN), entidad fundada por la notable filántropa antioqueña Luz Castro Mendoza.
Como un claro ejemplo de toda una vida dedicada al servicio, se ha llegado a afirmar que durante la segunda mitad del siglo XX no había en Antioquia familia alguna que ignorara su nombre, bien porque hubiera recibido algún beneficio de su propia mano, bien por haber conocido alguna de sus múltiples obras de beneficencia.
Doña Luz Castro de Gutiérrez: un ejemplo de bondad
Del hogar conformado por Enrique Castro Jaramillo y Alicia Mendoza de Greiff, el 18 de enero de 1908 nació en Medellín quien a la postre sería reconocida como una de las mujeres más queridas y bondadosas de Antioquia: Luz Castro Mendoza. Luego de terminar sus estudios de bachillerato, se unió en matrimonio con el reconocido empresario Alfredo Gutiérrez Mejía, hogar en el que hubo cuatro hijos: Sonia, Fresia, Alfredo Enrique y Édgar Adolfo.
De sus actividades como mujer preocupada por la asistencia social dan cuenta diferentes obras en las que actuó como fundadora y presidenta. Algunas de ellas son: la Clínica de Maternidad de Medellín que lleva su nombre (1948) –hoy Hospital General–, Voluntariado Hospitalario (1956), Asociación Antioqueña del Voluntariado (ADEVOL, 1963), Banco de Sangre del Hospital San Vicente de Paúl (1951), Hogar Infantil Rotario (1951), Kínder Popular Santa Fe (1964), Comité Privado de Asistencia a la Niñez (PAN, 1970), Casa “El Porvenir” (1972), para niñas con problemas de conducta.
De igual manera, como dama cívica presidió en 1947 el cuadro de honor de la Sociedad de Mejoras Públicas, y en los años sucesivos contribuyó activamente al desarrollo de diferentes iniciativas sociales como la Asociación Cristiana Femenina, Corporación para el Desarrollo de Antioquia, Corporación de Amor al Niño (Cariño) y Fundación “Amor por Medellín”, entre otras.
También tuvo tiempo doña Luz Castro para dedicarse a la política, por lo que en dos oportunidades ocupó asiento en el Concejo de Medellín (1964 – 1966 y 1974 – 1976), entidad en la que logró llevar a ejecución algunos de sus proyectos para crear centros de salud con guarderías anexas y otras iniciativas.
Por toda una vida dedicada al servicio de los más necesitados, doña Luz Castro se hizo merecedora a una decena de condecoraciones, dentro de las cuales se destacan las siguientes: Medalla del Municipio de Medellín a “La Benefactora de las Madres” (1948), Cruz “Antonio Nariño” (1953), la “Medalla Cívica” (1963), “Estrella de Antioquia”, categoría de Oro (1973), Mérito “Educación, Cultura y Arte” (1979), “El Mundo de Oro” en el campo del civismo (1982), “Dama Emblemática de Antioquia” (1986) y la “Orden de Boyacá”, condecoración que recibió pocas semanas antes de su muerte, acaecida en Medellín a sus 83 años de edad, el 18 de agosto de 1991.
Con grandes y firmes pasos, PAN persigue la protección integral
Fundado el 2 de agosto de 1970, el Comité Privado de Asistencia a la Niñez (PAN) se ha orientado a brindar afecto y atención a cientos de niños, con el propósito de garantizar su realización integral. La asistencia está enfocada a niños que se encuentran en estado de abandono físico o moral, y a quienes aun cuando no sufran condiciones de abandono, carezcan de medios afectivos o económicos.
Su historia comienza por la iniciativa de doña Luz Castro de Gutiérrez, quien en 1970 organizó algunas brigadas voluntarias para prestar asistencia en salud y recreación a niños de los barrios populares de Medellín. Cuatro años más tarde, con la ayuda de algunos benefactores de la ciudad, se logró el establecimiento del primer hogar de protección, para dar albergue a 35 niños abandonados. Con el paso del tiempo, la labor que ya mostraba promisorio futuro fue integrando a sus realizaciones el establecimiento, en 1978, de un kínder para 30 niños en el barrio “Miraflores”, y en 1983 de una guardería en el mismo sector. Para cuando se celebraron sus primeros 25 años de actividades, PAN ya tenía a disposición seis centros similares en todo el área metropolitana.
Desde entonces, el trabajo de PAN se ha organizado en cuatro programas estratégicos. El primero de ellos, denominado “Protección especial integral”, que cuenta actualmente con cuatro modalidades: Internado (inició el 29 de agosto de 1970), Hogares sustitutos (5 de abril de 2002), Centro de emergencia (16 de diciembre de 2007) y Red de hogares de paso (19 de agosto de 2008). Estos programas brindan a los niños una experiencia familiar en los hogares de la institución o en los de diferentes familias que voluntariamente acojan a los menores, quienes cuentan con medida de protección dictada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Cuenta con centros de atención integral en diferentes sectores del valle de Aburrá, fundados en su orden en “Miraflores” (1980), “Pinar” (1986), “Tricentenario” (1986), La Estrella (1987) y “Niquitao” (1987). En todos estos centros se trabaja en unión con los padres de familia, para quienes se busca que, además de participar en la formación de sus hijos, adquieran conocimientos y habilidades para cumplir responsablemente sus roles de padres y madres y construyan elementos de pertenencia institucional, consolidación grupal y procesos de autogestión. Además, desde el 25 de agosto de 2007 se estableció la “Atención en el entorno comunitario”, para atender estos hogares en el municipio de Pueblorrico, complementando con un componente educativo, los servicios de cuidado y nutrición que normalmente reciben los niños.
En tercer lugar está el programa de “Atención nutricional”, con el cual se busca contribuir a la disminución de la desnutrición infantil en la ciudad, mediante el suministro del 100% de los requerimientos nutricionales a los menores del programa de protección integral y el 70% de los requerimientos nutricionales a los del programa preventivo. Para complementar el proceso, PAN cuenta con un equipo integrado por siete nutricionistas, que estudian, analizan y hacen proceso de seguimiento mediante evaluación nutricional a la población usuaria de estos programas.
Finalmente, el “Proyecto productivo”, programa complementario de los demás, por tratarse de una planta productora de leche de soya líquida y pasteurizada, que le permite contribuir a mejorar el estado nutricional de los habitantes de la ciudad y los municipios vecinos, en especial los niños y ancianos. Para el año 2010 se aspira celebrar el cumpleaños número 40 de la institución con la inauguración de una nueva planta de leche, con mayor capacidad de producción y nueva tecnología, que permitirá ofrecer el producto en empaques denominados de larga vida.
Como parte esencial de estos programas, PAN realiza un trabajo de acompañamiento a las familias biológicas, restaurando la relación entre padres e hijos y cualificándolas para lograr la integración al núcleo familiar.
El premio “Germán Saldarriaga del Valle”
Como nota destacada de la prolífica historia de PAN, el sueño que doña Luz Castro comenzó en 1970 encontró especial reconocimiento por parte del Club Rotario de Medellín, entidad en la que se había desempeñado como su primera secretaria. Según consta en el acta de otorgamiento del premio “Germán Saldarriaga del Valle”, cuando Luz Castro de Gutiérrez hizo uso de la palabra para ofrecer a nombre de PAN algunas palabra de agradecimiento, en manifestación de su espíritu de servicio, hizo manifiesto que los 700 mil pesos que había recibido la institución con aquel galardón, pese a que se pensó inicialmente en satisfacer muchas necesidades de los niños al cuidado de PAN –especialmente le terminación de una nueva guardería– en conjunto con la junta directiva de la institución se había tomado la decisión de solicitar a la Corporación de Fomento Cívico y Cultural la autorización para dar el dinero del premio a los damnificados del barrio “Villatina” de Medellín, sector en el que ese mismo año cerca de 500 personas perdieron la vida por un deslizamiento de grandes proporciones. Además del crecido número de víctimas, muchas familias quedaron sin techo y en una situación calamitosa, por lo que, según las palabras de doña Luz Castro, “los niños atendidos por PAN se alegrarán al saber que ellos en forma indirecta están ayudando a sus hermanos que se encuentren en condiciones más difíciles”, anuncio que mereció un gran aplauso por parte de los asistentes a la ceremonia.
Palabras igualmente sentidas fueron las de don Reinaldo Arroyave Lopera, presidente de la Junta Directiva de PAN, quien en el mismo acto ofreció un discurso que podría entenderse como síntesis de la esencia e ideales de doña Luz Castro, de la mano con el carácter del fundador del premio que recibieron ese día:
Todas las maravillas que hay en la tierra: las que se pueden mirar y las que existen como organizaciones para el bienestar humano, son consecuencia de la voluntad divina y del esfuerzo del hombre. Con eso quiero recordarles que el ser humano, a pesar de su limitación en el tiempo, puede infundir cierto hálito de eternidad a las obras que construye y estimula, siempre que no espere, por sus buenos actos, una retribución inmediata y mezquina.
Tal es el caso de don Germán Saldarriaga y de doña Luz Castro de Gutiérrez: dos hijos de Dios, sembradores de la bondad, que riegan la semilla sin cálculos previos, pero con un amor infinito. El uno, estimulando la creatividad, las ciencias, la solidaridad; la otra, situada en el único punto desde donde puede mirarse el futuro y haciendo lo suyo en el instante preciso en que es posible señalar y definir el rumbo de la vida del hombre. Ambos dando y dándose, con vocación irresistible, con sensibilidad y como si mantuviesen siempre, en su cerebro, a flor de labios y en su corazón, el indeclinable e inmenso mandato del amor al prójimo.
A casi dos décadas de aquel acontecimiento, PAN cuenta con el apoyo indeclinable de una junta directiva francamente comprometida, compuesta actualmente por la doctora Beatriz Restrepo Gallego (Presidenta), Dora Arango Ramírez, (Vicepresidenta) J. Ernesto Londoño González, Édgar Gutiérrez Castro, Diego Gómez Agnoli, Juan David Aristizábal, Jaime Saa Ramos y Humberto Fernández.
Igualmente, gracias a la sesuda gestión de Margarita María Fernández Gómez, directora ejecutiva de PAN desde hace 20 años, en 2009 la institución cuenta con un personal de 207 empleados, con quienes se atiende a 783 niños, niñas y adolescentes en los programas de protección y atención especializada, en las modalidades de Internado, Hogares sustitutos, Centro de emergencia y Hogares de paso; beneficia a 700 niños y niñas menores de seis años en el programa de Protección especial preventiva (Centros de atención integral) y a 208 más en el programa de Educación inicial “Entorno comunitario.”
Si doña Luz Castro pudiera ver la realidad actual de PAN, no cabría duda alguna acerca de que sentiría que su sueño, aún cuando no fenece jamás, está esencialmente cumplido.