Miembro de una humilde familia
1895
Don Germán Saldarriaga del Valle provenía de un hogar humilde radicado en el municipio de La Estrella (Antioquia) y conformado por don Juan Crisóstomo Saldarriaga Trujillo y doña María Felipa Benicia del Valle Vélez. Nació el 31 de enero de 1895 en dicha localidad y fue el mayor de 15 hijos, de los cuales 11 fueron varones (Jorge, Daniel, Horacio, Ernesto, Alfredo, Roberto, Gonzalo, Jaime, Luis Carlos y Juan Crisóstomo) y cuatro mujeres (Elvira, Margarita, Elena y Marta).
Don Germán pasó sus primeros años de infancia en La Estrella, donde su padre se desempeñaba como maestro, pero quizás por algunos problemas de tipo económico y dificultades para sostener su familia, el padre debió trasladarse junto con su esposa e hijos a Medellín. En esa ciudad, don Juan Crisóstomo se empleó como dependiente en la Droguería Central; es posible pensar que con este nuevo empleo sus finanzas mejoraron un poco y fue así como pudo comprar una casa para su familia.
1910
En 1910, cuando el joven Germán tenía la edad suficiente para ejercer labores, su padre lo llevó a trabajar a la Droguería Central, con el fin de que contribuyera al sostenimiento del hogar. Allí trabajó junto con su padre por cinco años, durante los cuales aprendió del negocio, se ganó la confianza de sus patrones y pronto fue el encargado de manejar los dineros de la droguería.
1910
1915
Entre tanto, el hogar Saldarriaga del Valle le daba la bienvenida a Juan Crisóstomo, al último integrante de la familia, pero luego de este nacimiento llegó también la desgracia. El 9 de noviembre de 1915, cuando don Germán contaba 20 años de edad, su padre falleció a causa de una neumonía, lo que constituyó un golpe devastador para la familia y de repente quedó el joven Germán al frente de ésta. La situación no fue fácil, porque tenía bajo su responsabilidad a su madre viuda y a 14 hermanos, buena parte de ellos aún menores de edad.
Con un sueldo menos para sostener la familia, no fueron pocas las preocupaciones del joven jefe de hogar; se decidió a acudir a sus patrones a solicitar un aumento de sueldo y obtuvo una respuesta negativa. Como contrapropuesta solicitó un cambio de cargo, con el que pretendía pasar de cajero a vendedor para así obtener por medio de las comisiones por ventas más ingresos mensuales. Para este momento la suerte no acompañaba al biografiado, pues no se le permitió tampoco ser vendedor. Esa negativa no fue un obstáculo para continuar insistiendo en el cambio de cargo; a la postre, y tras tanta insistencia, sus patrones accedieron a que vendiera mercancías pero sólo en sus ratos libres, pues no estaban dispuestos a que abandonara su cargo de cajero, ya que lo consideraban un empleado altamente eficiente y de absoluta confianza.
1918
Todos los días, luego de terminar su turno de cajero, don Germán se disponía a hacer las veces de vendedor y poco a poco fue ganando clientela. Cada día hacía mejor su segundo trabajo, por lo que no hubo otra opción que cambiarlo de oficio. Ya como vendedor de tiempo completo, don Germán pudo mejorar sus ingresos y garantizar la buena economía del hogar. Pero el destino le jugó de nuevo una mala pasada cuando, en 1918, sus patrones decidieron vender la droguería y los nuevos propietarios no lo conservaron en su cargo.
1918
1920
Don Germán estaba ahora desempleado, desesperado y con 16 bocas para alimentar. Durante sus pocos años como vendedor se había ganado el prestigio de ser bueno en ese oficio, por lo cual no le resultó dificil emplearse nuevamente, para fortuna suya. Fue contratado por Pablo Lalinde & Cía, firma propietaria de la Cacharrería Antioqueña y del Almacén y Ferretería Americana, donde fue el encargado de la sección de varios.
Con algunos ahorros a su haber y la seguridad de un trabajo estable, el 11 de noviembre de 1920 contrajo matrimonio con la señorita Emma Duque, hija del arquitecto Antonio José Duque Bernal, reconocido por elaborar el diseño del Parque Berrío de Medellín. Del matrimonio Saldarriaga Duque nacieron: Alberto, Octavio, Adolfo, Óscar, Luis Germán y Emma.
1921
Junto con su matrimonio llegó tambien una exelente propuesta económica. Pablo Lalinde, su patrón, le planteó el interés que tenía de vincularlo al negocio, de tal manera que, en octubre de 1921, don German se convirtió en accionista de la Cacharrería Antioqueña. Con unos pocos días en ejercicio de su nuevo rol de accionista, una desgracia llegó de nuevo a la vida de don Germán, cuando un voraz incendio arrasó con el establecimiento pero no con sus sueños.
Con el apoyo de su madre y de su esposa, don Germán no se dio por vencido y salieron a flote su temperamento y sus habilidades de negociante. Sacó partido de la situación y descubrió que era la coyuntura perfecta para iniciar su propio negocio. Pero había un pequeño y a la vez gran inconveniente: a pesar de sus ganas e indiscutible habilidad, don Germán no contaba con capital; doña Emma jugó entonces un papel fundamental, al poner a disposición de su esposo un inmueble de su propiedad para que lo usara como garantía de un préstamo. Después de mucho rehusarse, y ante la insistencia de su esposa, don Germán aceptó hipotecar el inmueble. Pero el dinero no fue suficiente, por lo cual su madre, consciente de que su estabilidad económica dependía de su hijo mayor, hipotecó tambien su vivienda.
Tras el incendio de la cacharrería, don Germán vió la oportunidad de un buen negocio; compró entonces a bajo precio la mercancía que estaba bajo las ruinas, la almacenó en casa de su madre, en donde, en compañía de toda la familia, se dispusieron a limpiarla y dejarla apta para la venta, no sin antes buscar un buen socio para emprender el negocio.
Don Germán se asoció con Emilio Restrepo Ángel, hijo del reconocido empresario Ramón A. Restrepo Medina. Juntos fundaron en noviembre de 1921 la sociedad comercial G. Saldarriaga, Restrepo & Cía. y abrieron un local comercial, al que denominaron Cacharrería Mundial. El negocio fue un éxito y rápidamente vieron la necesidad de importar ellos mismos las mercancías.
1921
1925
Don Germán planeó un viaje a Europa junto con su esposa en 1925, con el firme propósito de conseguir proveedores. El negocio más importante que logró obtener lo realizó en París, para la fabricación y distribución del “Polvo Coqueta”, el cual era fácil y económico de elaborar, y, además, era una gran novedad cosmética en nuestro país. El “Polvo Coqueta” se constituyó en la mayor fuente de ingresos de don Germán y con él acrecentó su capital en forma considerable, lo que le permitió cancelar las hipotecas y devolver los bienes de su esposa y madre. A sus 30 años de edad, don Germán tenía sucursales de la Cacharerría Mundial en Bogotá, Barranquilla, Cali, Bucaramanga y Pasto, con lo que cubría casi todo el mercado nacional; en 1973 se sumaron las sucrsales de Ibagué y Dosquebradas.
1927
Don Germán y su socio Emilio Restrepo invirtieron en la construción de un edificio en el Parque Berrío, al que denominaron Edificio Saldarriaga, pero en 1927 la relación de los socios se vió afectada por algunas discrepancias y no hubo más remedio que liquidar la sociedad, en lo cual quedó don Germán como único dueño de la Mundial.
1927
1928
El 30 de abril de 1928, junto con su hermano Alfredo y Marío Posada A., resolvieron fundar la sociedad Germán Saldarriaga & Cía. Posteriormente su otro hermano Horacio entraría a hacer parte de ésta.
1934 - 1944
Consolidado como uno de los hombres ricos de Medellín, don Germán decidió incursionar en otros negocios, con la intención de diversificar sus inversiones y disminuir los riesgos. El 3 de abril de 1934, en asocio con otros reconocidos empresarios, fundó la Compañía de Tejidos El Cóndor, en la cual se desempeñó como miembro de la junta directiva y primer suplente del gerente hasta 1944, cuando vendió sus acciones, al parecer para invertir su capital en un nuevo negocio, el de la elaboración de pinturas.
Podría pensarse que la inquietud de don Germán por este nuevo negocio pudo provenir de alguna insinuación que le hizo su hijo Alberto, quien para la fecha ya estaba graduado como químico en la Universidad de California. Además, don Germán tenía claro que las pinturas y barnices eran productos con una buena demanda comercial, pues éstos se vendían con facilidad en la Mundial.
1934 - 1944
1945
En asocio con la firma norteamericana W. R. Grace S. A, fundó en diciembre de 1945 la compañía Pinturas Colombianas S. A., Pintuco, en la cual las acciones de don Germán y de su hijo Alberto sumaban la mayoría, con lo que lograron el control de la empresa en cuanto a la toma de decisiones.
1955
En 1955 don Germán rompió relaciones con sus socios extranjeros y decidió comprarles su parte, por lo que debió endeudarse considerablemente. El 9 de septiembre de 1955, Pintuco se convirtió en un empresa familiar, en la cual don Germán, su esposa, sus hijos y sus hermanos eran los dueños; con posteriormente tuvieron condiciones de tales sus yernos, nueras y nietos.
Debido al rápido crecimiento de Pintuco, y con el fin de abastecer las necesidades de esta industria, surgieron muchas otras empresas de las que también era dueño don German, entre ellas:
La Compañía Productora de Envases “Prodenvases S. A.” (1952), fabricante de envases de hojalata; Anhídridos y Derivados “Andercol S. A.” (1955), fabricante de anhídrido ftálico, resinas y plastificantes; Comercial Plastider S. A. (1965), importadora de materias primas y equipos; Destisol S. A.” (1965), envasadora de variados productos químicos en recipientes de hojalata y aerosoles; “Tintas S. A.” (1970), productora de tintas y barnices de impresión, y “Ordenadora de Datos S. A.” (1973), dedicada al procesamiento de datos mediante modernos sistemas de computación. Estas empresas, unidas a Pintuco y a Cacharrería Mundial, por su origen y por la fidelidad al principio de servir al país con productos de la mejor calidad, conforman el Grupo de Inversiones Mundial S. A., imagen del progreso de Colombia para el mundo.1955
1965
No obstante, consta en los documentos de la notaría 4ª de Medellín que fue en diciembre de 1965 cuando, a sus 70 años de edad, don Germán protocolizó separadamente la formación de estas empresas.
Don Germán Saldarriaga del Valle hizo parte de varias juntas directivas, entre ellas: la Andi, el Banco Comercial Antioqueño, Ganadera Nacional S.A., vicepresidente de la Cámara de Comercio de Medellín, fundador de Suramericana de Seguros y accionista de Simesa.
Durante toda su vida, don Germán jamás olvidó su origen humilde, siempre se mostró interesado en ayudar a los más necesitados y mantuvo invariablemente una relación cercana con sus empleados de bajo rango, a quienes en muchas oportinidades les obsequió vivienda.
1966
Ya en el ocaso de su vida, y después de muchos años de logros económicos y de muchos éxitos alcanzados, en 1966 don Germán recibió la mala noticia de que su hijo Alberto había fallecido en los Estados Unidos a causa de leucemia, noticia que lo llenó de profunda tristeza. Don Germán no pudo reponerce de la muerte de su hijo y con el pasar de los años su salud fue dacayendo, no sin antes hacer uno de los mayores aportes a la sociedad colombiana: la fundación de la Corporación de Fomento Cívico y Cultural.
1966
1972
El 4 de noviembre de 1972, cuando el premio apenas cumplía su cuarta versión, murió en la ciudad de Medellín don Germán Saldarriaga del Valle y desde entonces el premio no ha cesado de entregarse, favoreciendo a casi un centenar de personas, que, a criterio de la Corporación de Fomento Cívico y Cultural, han hecho una contribución importante a la sociedad colombiana.