Manuel Ospina
Por: Natalia González Salazar
Menos niños y adolescentes en la calle: por eso luchó Manuel Ospina, fundador de “la república de los muchachos”, una institución que ofrece rehabilitación y educación a gamines rescatados de las calles de la capital colombiana. Este hombre desarrolló un programa de atención integral en el que cultivan sus capacidades y moldean sus conductas para reintegrarlo a la sociedad.
La vida de una persona en la calle no es fácil; el frío y el hambre, unidos al desprecio social, son algo que Manuel conoce muy bien, puesto que él fue gamín en Bogotá; un niño solitario sin ningún tipo de educación y una gran ausencia de buena crianza; no obstante, logró rehabilitarse e integrarse a la sociedad y desde ese momentos buscó contribuir eficaz y eficientemente al desarrollo e inserción de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, merced a su esfuerzo y con apoyo en situaciones críticas.
Gracias a su labor al servicio de los niños que por desventura llegaron a estar en las mismas condiciones de él cuando era niño, obtuvo el reconocimiento de la Corporación de Fomento Cívico y Cultural, en una solemne ceremonia que se llevó a cabo el 28 de septiembre de 1978 en el Jardín Botánico de Medellín; allí recibió un diploma y cincuenta mil pesos para compensar su trabajo con la comunidad más necesitada de la calle.