Óscar Duque Hernández
(Medellín 1921 – Medellín 2009)
Por: Natalia González Salazar
Oscar Duque Hernández
En la noche del 14 de septiembre de 1972 se cumplió, en el Paraninfo de la Universidad de Antioquia, una de las ceremonias más gratificantes para los miembros de la Corporación de Fomento Cívico y Cultural, pues fueron homenajeados Óscar Duque Hernández y Miguel Moreno Jaramillo, en reconocimiento a la labor que habían desarrollado en las ciencias y la educación.
Así lo expresó el doctor Samuel Syro Giraldo, exrector de la Universidad Antioquia, quien habló en nombre de la Corporación y expresó:
Quiso la Junta Directiva de la Corporación hacerles entrega de los premios a los doctores Moreno Jaramillo y Duque Hernández en este histórico paraninfo de nuestra gloriosa Universidad de Antioquia, por ser ambos hijos dilectos de ella, ex alumnos en su orden de la Facultad de Derecho y de la Facultad de Medicina, antiguos decanos de una y de otra, y eminentes profesores en la rama del saber a que cada uno de ellos se dedica. Auténticos representantes de la institución universitaria, están ahora aquí en su casa espiritual, como han estado siempre, rodeados del afecto, de la gratitud, de la admiración y del respeto de sus discípulos y colegas. Ambos, a pesar de la diferencia de edades entre uno y otro [82 y 51 años], son igualmente jóvenes como sus alumnos por qué no han dejado envejecer el espíritu y por qué han vivido cada día en busca de nuevos conocimientos y en continuo proceso de creación intelectual.
El doctor Oscar Duque Hernández fue permanente un estudioso del saber, que consagró su existencia con ejemplar abnegación a las ciencias médicas y que agradeció este premio con gran humildad diciendo:
Para mí, el significado de la ceremonia que ahora nos reúne es muy importante; traduce en efecto el interés de una sociedad dinámica, confiada en su futuro, que desea vincularse al esfuerzo científico y contribuir con ella a edificar un mundo mejor. No es entonces mera coincidencia que el premio que hoy se me confiere lleve el nombre de un gran patricio, pionero del desarrollo real de Antioquia. Este premio, que agradezco muy profundamente, lo considero no como reconocimiento de méritos inexistentes, sino más bien como un estímulo para todos los que hemos dedicado nuestro esfuerzo a la actividad académica.
El Consejo de la Corporación entregó un galardón, que venía acompañado de cincuenta mil pesos, a este hombre que dedicó su vida a la investigación y la docencia, participó en el desarrollo y organización de la Facultad de Medicina y del Departamento de Patología de la Universidad de Antioquia, en donde se desempeñó como profesor e investigador, ocupaciones que combinó con las de médico del Hospital San Vicente de Paul.