“Un ejemplo de moralidad y de entereza en la defensa de los intereses de Antioquia”
La tradicional población minera de Santa Rosa de Osos cuenta dentro de sus hijos ilustres al doctor Alberto Jaramillo Sánchez, quien el 4 de noviembre de 1901 nació en el hogar conformado por Gustavo Jaramillo Jaramillo y Agripina Sánchez.
Sus primeros años de vida los pasó Alberto Jaramillo en las frías tierras del valle de los Osos, hasta que, al término de sus estudios en básica primaria, emigró hacia Medellín, donde en 1919 obtuvo título de bachiller en el Liceo de la Universidad de Antioquia. Al año siguiente, gracias a la beca obtenida por concurso, inició Ingeniería Civil en la emblemática Escuela de Minas, institución en la que comenzó a destacarse como un prominente líder estudiantil de clara filiación liberal. En manifestación de eso, cuando estaba próximo a conseguir el título profesional, Alberto Jaramillo Sánchez promovió la primera huelga de estudiantes en Colombia, llevada a cabo el 14 de mayo de 1921, con el propósito de exigir al gobierno departamental el cumplimiento de una ley que ordenaba instalar en el Paraninfo de la Universidad el retrato del recientemente fallecido Fidel Cano Gutiérrez (1854 – 1919), un defensor del liberalismo a ultranza quien, entre otras cosas, se había destacado como pedagogo y periodista; fue, además, rector de la Universidad.
Como consecuencia de su resuelta participación en la huelga, el joven Jaramillo perdió la beca y se le requirió la devolución de lo ya recibido. Debió entonces abandonar sus estudios para conseguir medio circulante que le permitiera atender esta obligación. No obstante aquel obstáculo, al poco tiempo estaba de nuevo en las aulas de clase, adquiriendo nuevos conocimientos y afinando su espíritu político, especialmente con la organización del primer Congreso Nacional de Estudiantes en 1922, y con su participación como uno de los siete representantes estudiantiles en la Junta Ejecutiva Auxiliar de la Liga Patriótica por Colombia y por Antioquia. Según Jorge Restrepo Uribe, esta entidad, fundada en 1924, tenía los propósitos de “trabajar por Colombia, mediante el reconocimiento de los derechos de Antioquia y del respeto que se le debe, teniendo por aspiración primordial la integridad de la Patria y la aplicación de la justicia distributiva entre todos sus hijos y todas sus regiones.”
Poco antes de obtener el título profesional, Alberto Jaramillo debió abandonar nuevamente el claustro universitario. Por ello, todo indica que fue uno de los muchos estudiantes de la Escuela de Minas que, luego de terminar sus estudios, se dedicaron a ejercer con algún éxito la profesión, pese a no haberse graduado. De una lista de ingenieros titulados entre 1893 y 1937, publicada en Anales de la Escuela Nacional de Minas, Alberto Jaramillo Sánchez no figura.
Su vida profesional comenzó de manera próspera como ingeniero de las hoy llamadas Empresas Públicas de Medellín, en donde ocupó diferentes cargos, especialmente Superintendente y Director en las empresas de Acueducto y Energía, entidades a las que prestó servicios hasta febrero de 1934, cuando fue llamado por el gobierno central para la organización de la defensa nacional en el contexto de la guerra con el Perú.
A los pocos meses, Alberto Jaramillo Sánchez se unió en matrimonio con Jenny Campo Posada, el 20 de julio de 1934. Con ella tuvo cuatro hijas: Luz, Dora, Sonia y Diana Jaramillo Campo.
Antes de terminar la década de 1930, Alberto Jaramillo contaba dentro de sus realizaciones la participación en diferentes cargos de relevancia como gerente de Tejidunión, Jefe del Departamento de Adquisiciones en el Ministerio de Guerra, Intendente Fluvial del Magdalena y, en 1936, encargado por el Presidente Alfonso López Pumarejo para poner en vigencia la primera reforma tributaria.
A la edad de 35 años, Alberto Jaramillo fue nombrado Gobernador de Antioquia, cargo que ocupó desde el 9 de julio de 1937 hasta el 5 de agosto de 1938, mandato en el que, entre otras cosas, adelantó una importante campaña descentralista. Según se recuerda en un libro de historia antioqueña, escrito por Francisco Duque Betancur,
En su mensaje del 1 de diciembre de 1937 decía entre otras cosas a la Asamblea Departamental, reunida en sesiones extraordinarias, que el principal motivo de tal convocatoria era para que diese su aprobación al proyecto de ordenanza sobre presupuesto, muy especialmente en cuanto se refería a la participación de los municipios en las rentas departamentales, y deseaba que ésta fuese en aumento y que se debían mejorar las condiciones de educación e higiene de los campos para evitar la despoblación de éstos, que tanto perjudican la economía nacional.
Finalizado su periodo de gobierno, bajo el mandato del presidente Eduardo Santos (1938 – 1942) fue nombrado Ministro de Trabajo, Higiene y Previsión Social, cargo que dejó algunos meses después para encargarse de la dirección de su partido en un debate electoral. En 1940 inició la Cooperativa de Municipalidades de Antioquia, para dar curso a la descentralización en el departamento, con la que se logró el surgimiento de plantas eléctricas, acueducto y alcantarillados en varios municipios antioqueños.
Luego de ocupar la embajada en el Brasil a comienzos de 1944, fue llamado por el presidente Darío Echandía Olaya para que asumiera nuevamente la Gobernación de Antioquia, cargo en el que permaneció desde el 26 abril de 1944 hasta el 1º de marzo de 1945. Posteriormente, cuando el país comenzó a experimentar graves brotes de violencia política, Jaramillo Sánchez se puso de nuevo al frente de su partido, por lo que no demoraron en llegar algunas amenazas, persecuciones y hasta atentados contra su vida. A raíz de eso decidió irse del país, por lo que con su esposa e hijas se estableció en Miami, por cerca de 10 años, donde desarrolló algunas actividades comerciales, especialmente dirigidas a estimular la importación de cemento colombiano por parte de los Estados Unidos.
De regreso a Colombia, Alberto Jaramillo se integró de nuevo en la política y prestó una importante ayuda en la realización del plebiscito que buscaba recuperar la institucionalidad del país, regido entonces por el gobierno dictatorial de Gustavo Rojas Pinilla. Tras el derrocamiento de la dictadura y del mandato temporal de una junta militar, se estableció un modelo de gobierno democrático denominado Frente Nacional, cuyo primer presidente fue Alberto Lleras Camargo, quien nombró a Jaramillo Sánchez como embajador en Venezuela, cargo que no alcanzó a desempeñar en el término establecido dado que al poco tiempo fue llamado, por tercera vez, para que se encargara de la Gobernación de Antioquia.
Durante este último período de gobernación (18 de abril de 1959 a 1º de julio de 1960), Alberto Jaramillo emprendió nuevamente una intensa campaña descentralizadora, ahora con énfasis en el sector industrial. Entre otras cosas, como consecuencia de ese empeño se consiguió que algún tiempo después se establecieran en el oriente antioqueño empresas como Pepalfa y Coltejer, en Rionegro, y Tejidunión, en Guarne. De manera simultánea a ese proceso se logró bajo su mandato la institucionalización de la “Acción comunal”.
Poco antes de terminar su período de gobierno, Alberto Jaramillo debió hacer frente a un prolongado paro obrero en la empresa Frontino Gold Mines, localizada en la población de Segovia. El 26 marzo de 1959, luego de un mes de cese de actividades, con el propósito de solucionar las tensiones obrero-patronales, los mineros se reunieron con el gobernador Jaramillo Sánchez y con el Ministro de Trabajo, Otto Morales Benítez, quienes, pese a sus ingentes esfuerzos, sólo consiguieron que el paro se disolviera a finales del siguiente mes.
Terminado su tercer período como gobernante de Antioquia, desempeñó la embajada en España y a su regreso, a comienzos de la década de 1960, fungió como fundador de la Corporación Patriótica de Antioquia, entidad de la que fue su único presidente hasta su disolución, unos diez años más tarde, cuando el doctor Jaramillo Sánchez enfermó y no pudo seguir en la dirección, según lo narró en uno de sus libros Jorge Restrepo Uribe, gran propulsor del establecimiento de un régimen federal para el país. Disuelta aquella Corporación, algunos de sus miembros continuaron con las iniciativas de descentralización por vía del federalismo, por lo que el 3 de febrero de 1972 fundaron la Corporación Pro-Régimen Federal, según documento firmado por veintinueve antioqueños, encabezados por el doctor Samuel Syro Giraldo.
En 1970 el presidente Carlos Lleras Restrepo designó a Alberto Jaramillo Sánchez gerente del Instituto de Fomento Industrial (IFI). En manifestación del reconocimiento de sus valores profesionales y morales, al nombrarlo para este nuevo encargo el presidente le manifestó: “Quiero no solamente un organizador de tus capacidades sino una honestidad como la tuya, en la cual confía el país entero.”
Los últimos años de vida del doctor Jaramillo siguieron siendo activos y fructíferos en materia política. Cerca de alcanzar los 80 años de edad, participó activamente de la creación de un nuevo movimiento liberal por Medellín. Fue fundado el 27 de octubre de 1979, acontecimiento que fue reseñado por el periódico El Tiempo de Bogotá, de la siguiente manera:
Se realizó ayer en Medellín la protocolización de un nuevo movimiento liberal que buscará darle un gran concejo municipal a esa capital. El movimiento liberal por Medellín está encabezado por Alberto Jaramillo Sánchez, Jorge Pérez Romero, Darío Medina, Álvaro Restrepo Londoño, Estanislao Posada Vélez, Hernando Echeverri Mejía, John Gómez Restrepo, Pedro María Botero, Guillermo Mora Londoño y John Uribe Botero. Hasta hace unos días el liberalismo antioqueño estaba casi unido alrededor de un directorio presidido por el senador Bernardo Guerra Serna, fue reemplazado en la presidencia del directorio por el representante Jaime Henríquez Gallo, pero la crisis no se hizo esperar y se produjo el retiro de antiguos lleristas como John Gómez Restrepo y Sonia Olaya de Abad.
Seis años después, el 27 de octubre de 1985, murió en Medellín Alberto Jaramillo Sánchez, luchador incansable por los ideales del liberalismo colombiano, sobre las bases firmes de convicciones éticas puestas especialmente al servicio de su Antioquia natal.