La lucha por su comunidad
Desde la llegada de Doña Guillermina los habitantes del barrio empezaron a reunirse para buscar la forma de solucionar sus problemas; merced a su liderazgo organizaron la acción comunal, con la cual empezó un intenso trabajo con la comunidad para dotar de servicio de agua al barrio, obra que fue concluida el 13 de junio de 1965.
Para 1970 el barrio ya contaba con alcantarillado y con calles transitables listas para pavimentar; las Empresas Públicas de Medellín comenzaron a surtir de transformadores algunas esquinas claves y a instalar contadores; con esto el barrio dio un paso más para su desarrollo, de la mano de doña Guillermina.
Pero esta líder ejemplar no podía parar y más tarde, con la ayuda de la IV Brigada y de algunas empresas privadas construyó la escuela con capacidad para 16 grupos de niños, después un preescolar y luego una empresa comunitaria, que empezó con un criadero de cerdos y continuó con una fábrica de telas de fique cuya producción era comprada por Fabricato.
El deporte y el esparcimiento para los jóvenes no quedaron atrás; con la ayuda de Empresa Públicas de Medellín y del Municipio se hizo un relleno en terrenos aledaños al barrio y se construyeron canchas deportivas; es esta mujer la líder del barrio “El Raizal”, que logró un importante desarrollo para la comunidad y tocó todas las puertas para poder llevar a su barrio agua, salud, energía, educación, y recreación.
Doña Guillermina regresó a Albania, su tierra, y allí organizó la Acción Comunal no sólo de su vereda sino también de las aledañas; con la colaboración de instituciones como el ICBF y la Federación de Cafeteros logró construir escuelas, acueductos y jardines infantiles.
De vuelta a Medellín, se estableció en el barrio “Eduardo Santos”, en el que lideró la pavimentación de las calles, una guardería y el acueducto para el barrio, con capacidad para atender 1.000 familias en una comunidad que tenía 170; estimuló también la creación de una casa vecinal y una escuela, con cooperación del Club Rotario de Medellín-Bolivariana, el ICBF y la familia Dyner.
En 1986, doña Guillermina fue escogida por la Gobernación de Antioquia para asistir a un seminario de desarrollo de comunidades rurales en siete departamentos del país; ha participado en cuatro congresos nacionales de acción comunal, invitada por el Ministerio de Gobierno; fue seleccionada como una de las siete mujeres más destacadas en Antioquia por la Unión de Ciudadanas de Colombia, y representó a Colombia en un seminario en Washington sobre desarrollo de la comunidad.