Instituto de Audiología Integral – IdeA
(Pereira 1978)
Por: Natalia González Salazar
“La lengua de señas colombiana puede ser la que nos habilite al comienzo de nuestros días, o la que con sus alas nos rehabilite, pero lo que sí es un hecho, es que en su conocimiento hay un vehículo eficaz, para que puedan volar los sueños…”
Bolivia Chica Ríos
Instituto de Audiología Integral – IdeA
Pensar en una vida sin sonido, sin música, sin palabras, no es importante para los que contamos con el sentido del oído, pero para las personas no oyentes significa buscar otra forma de comunicación o aislarse de una sociedad que hoy en día no está preparada para acogerlos; en estos casos, aprender a comunicarse depende sólo de ellos, mediante el idioma de señas, o un lenguaje articulado en el que la voz se convierte en el movimiento de los labios y la escucha se hace con los ojos, es decir, “óyeme con los ojos”.
La falta de la audición es un trauma personal, al cual se suman muchas consecuencias; el problema repercute no sólo en la vida personal de quien lo sufre sino en la vida familiar y en las relaciones sociales. La doctora Bolivia Chica Ríos, fundadora del Instituto de Audiología Integral, nos cuenta que esa minusvalidez trae cambios psicológicos, entre los que se señalan: aislamiento, depresión, mal humor e inseguridad. Al no entender, los débiles auditivos pueden sentir, tristeza, ansiedad, estrés, y no sólo causados por su autoaislamiento sino que se sienten solitarios porque sus familias, al constatar la incapacidad de comunicarse, realmente los dejan solos.
La ignorancia de la comunidad oyente hace que estas personas con discapacidad auditiva creen un mundo aparte, en el que pueden comunicarse libremente por medio del lenguaje señas que adoptan su lengua natural, que les brinda un universo conceptual completo, que les permiten expresar sus pensamiento, emociones y sentimientos, por lo cual cualquiera otra lengua como, la española, se convierte en un idioma extranjero.
Hacia esta problemática viene trabajando hace más de treinta años en el Instituto de Audiología Integral de la ciudad de Pereira, con un equipo de especialistas que se dedican a la promoción, la prevención, el diagnóstico y las rehabilitaciones de niños, jóvenes y adultos no oyentes; como bien lo expresa la entidad, “sus proyectos y programas incluyen a las familias y a la comunidad impulsando de esta manera una cultura comprometida con el respeto por la diversidad.”
Por este trabajo de desarrollo y asistencia social la Corporación de Fomento Cívico y Cultural hizo entrega a esta institución del premio “Germán Saldarriaga del Valle” de 1997, habida cuenta de su labor incansable con la población no oyente del departamento de Risaralda; el Instituto ha buscado ir a la vanguardia en el desarrollo de programas que garanticen la salud auditiva, mediante la educación con responsabilidad.